Mi interés por la nutrición empezó hace ya más de 10 años y después de casi 25 sin actividad física por una lesión de rodilla. A raíz de una fuerte pérdida de peso descubrí que tenía un umbral por debajo del cual me dejaba de doler la rodilla. Empecé entonces a esforzarme por mantenerme por debajo de ese umbral, haciendo ejercicio y controlando calorías. Al ver que podía hacer deporte, decidí además recuperar el tiempo perdido y ponerme un reto: completar un Ironman. Unos meses antes de la competición mi entrenador me recomendó hablar con Silvia para mejorar mi nutrición, porque notaba que a veces me faltaba energía, y también para evitar lesiones. Yo era algo escéptico porque pensaba que estaba haciendo las cosas bien. Pero Silvia me ayudó a llevar mi nutrición a otro nivel en todos los aspectos, descubriéndome que era posible lo que yo pensaba que era la cuadratura del círculo: no pasar nunca hambre, disfrutar con las comidas, y a la vez cuidar mi salud, adelgazar, y mejorar mi rendimiento deportivo. Silvia fue capaz de tener en cuenta mis gustos y mi poca disponibilidad de tiempo, me explicó cómo adaptar diariamente las comidas a mi actividad física para tener siempre la energía necesaria, y a hacerlo de una forma sencilla, flexible y variada. En pocos meses no sólo me hizo sentirme preparado para mi reto, sino que me ayudó a definir la estrategia nutricional concreta para el día de la competición, que es un factor crítico como la condición física o mental. Finalmente conseguí superar no sólo mi reto, sino también mis expectativas más optimistas, y siento que le debo a Silvia una parte importante del éxito. Pero todavía le estoy más agradecido porque, independientemente del deporte, en mi día a día soy capaz de mantener el peso adecuado sin esfuerzo, disfrutando de cada comida, y sintiendo que como todo lo necesario para mantenerme saludable y en forma.